28 Dic Mujeres técnicas y montaña: Iris Gutiérrez Lázaro
“Lo bonito de soñar a lo grande es que si no llegas habrás
conseguido muchos logros por el camino”
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¿Quién es Iris Gutiérrez Lázaro ?
Soy una Lucense que ha vivido en muchos sitios antes de acabar en Madrid. Estudié la carrera de piano en el Conservatorio en Galicia, pasé por estudiar unos años Físicas en Santiago de Compostela, y acabé viviendo dos años en Perú antes de aterrizar en Madrid donde hice la diplomatura de Fotografía y me hice Técnica de Escalada y donde actualmente estudio el TD3 de Escalada.
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Empecé el conservatorio con 5 años donde aprendí una gran disciplina que creo que es el rasgo que ha marcado mi vida. El esfuerzo y el trabajo que aprendí a realizar desde muy pequeña es lo que te lleva muchas veces a sitios donde nunca creíste que podrías llegar.
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¿Qué disciplina deportiva de montaña practicas y desde cuándo?
Soy natural de Lugo y me crie rodeada de la naturaleza y entre caballos. Con 6 años empecé a esquiar con mi padre y siempre he practicado deportes muy diferentes y de competición. Empecé a escalar de forma muy casual hace unos 15 años, pero en la escalada encontré algo que ningún otro deporte me había dado y fue donde me quedé y donde finalmente, tras un punto de inflexión determiné enfocar mi vida profesional entorno a ella. Actualmente estoy muy enfocada en la escalada deportiva de adherencia, aunque he pasado por la competición de psicoblock y por la escalada clásica donde hasta hace poco hacía los rallyes. Quizá de la misma forma que en la escalada encontré algo diferente; dentro de la escalada, la adherencia me ha dado una nueva emoción que no había sentido antes.
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¿Dónde desempeñas tu función de técnica, desde cuándo y qué te impulsó a asumir esta responsabilidad?
Fue en la pandemia, tras perder mi trabajo, donde me replanteé mi vida. Nunca es tarde para hacer un cambio de dirección y e ir a por lo que más nos gusta. Así fue como me saqué la titulación de Técnica de Escalada.
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Actualmente trabajo en dos rocódromos entrenando a adultos y a niñas que llevo a competir. Es importantísimo el deporte de base en niños y niñas y que tengan referentes cercanos a ellos. En mi caso y por pura coincidencia, sólo llevo niñas y no niños, a las que intento transmitir no sólo el entrenamiento y la competición, sino todos los valores que ello conlleva para el deporte y para la vida. Es importantísimo la gestión de todas las emociones tanto positivas como negativas que el deporte y la competición implican y es algo que intento trabajar con todas ellas.
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¿Lugar preferido para practicar tu deporte?
La Pedriza, en Manzanares el Real. Para mí es un lugar mágico en el que te pierdes y puedes escalar en la más absoluta soledad.
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La sensación de tener que ir con mucho frío y con unas condiciones duras y los alejes que tiene, forma parte de su encanto singular y psicológico.
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Es difícil expresar el amor y el respeto que siento por La Pedriza, es complejo entenderla y aceptarla como es, puesto que muchos días llegas y la condición que hay no te deja escalar y se hace de rogar mucho. Pero creo que una vez que la entiendes y entras en sintonía con ella te regala unas emociones que en ningún otro lugar he encontrado.
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Simplemente es única para mí.
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¿Qué le dirías a otras niñas, jóvenes o mujeres para que en un futuro puedan asumir un cargo de responsabilidad como el tuyo?
Les diría lo primero, que nunca pierdan de vista los valores: la honradez, la sinceridad y sobre todo la deportividad en el deporte, son imprescindibles.
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En el mundo tan voraz en el que vivimos es fácil a veces dejarse llevar, que nunca pierdan sus principios como persona.
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Por otro lado, las animaría a perseguir su sueño con todo lo que implica: trabajo, disciplina, renuncias, pero que se puede lograr y no hay nada más reconfortante en la vida que hacerse a uno mismo. Y si no se llega al objetivo final es un éxito también, porque se habrá hecho ya un recorrido personal y laboral que quedará para siempre en su persona.
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¿Un momento o anécdota especial en la montaña o practicando tu deporte?
Pues cada día que salgo a escalar siempre me ocurren cosas graciosas porque voy siempre acompañada de amigos, pero la que me viene ahora a la cabeza es que la primera vez que corrí una carrera; como estaba acostumbrada a las competiciones de escalada me puse el dorsal en la espalda y mi madre, toda riquiña, me preguntó ¿Iris, por qué lleva todo el mundo el dorsal por delante y tú por detrás?
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